Aguafuerte de Goya. Menipo, a partir de obra de Velázquez.

Contenido de la inscripción: Sacada y gravada del Quadro original de D. diego Velazquez que existe en el Rl Palacio de Madrid; por D. Fran.co Goya Pintor, año de 1778. Representa á Menipo Filosofo de la estatura natural. Se conserva una prueba de estado y tres ediciones diferentes. La primera edición fue sellada con tinta negra, la segunda con tinta sepia grisácea y la tercera con tinta parda oscura. El cuadro de Menipo fue pintado por Velázquez para la Torre de la Parada, un pabellón de caza, al igual que Esopo y Marte, hacia el año 1640 (Museo Nacional del Prado, Madrid). No hay dudas en cuanto a la identificación del personaje ya que MOENIPPUS se puede leer claramente en la esquina superior izquierda. El filósofo griego, nacido en Gadara hacia el 270 a.C. C., pertenecía a la escuela filosófica cínica. Menipo fue originalmente un esclavo que, gracias a sus obras, pudo comprar la ciudadanía de Tebas. Se dice que era codicioso y que se suicidó al perder su fortuna, por lo que Velázquez ha decidido representarlo como un personaje harapiento. Este último se dispone de perfil y vuelve el rostro hacia el espectador en una actitud un tanto irónica. Se cubre con una túnica que oculta su cuerpo, dejando al descubierto sólo sus piernas. A los pies Velázquez tiene pintados libros, un pergamino, una tinaja sobre una tabla de madera que descansa sobre dos rodillos, en alusión a la inestabilidad de la vida. Goya encaja a la perfección en la pintura de Velázquez y copia fielmente cada uno de los elementos que aparecen en el lienzo. La expresión sarcástica del filósofo está muy bien recreada por el aragonés en la grabado e incluso se podría decir que su interés ha sido subrayado por la claridad de la barba y el sombrero que enmarcan el rostro. También construye un interesante juego de luces y sombras sobre las prendas, dejando una amplia superficie de luz en el centro de las prendas. Al igual que hace Velázquez, Goya también ha escrito el nombre MOENIPPVS en el ángulo superior izquierdo, aunque en este caso la N está invertida, quizás por un descuido de Goya. Este grabado de la serie de copias de obras de Velázquez realizadas por Goya parece más adecuado, tanto a la técnica del grabado como al gusto del propio pintor aragonés, quien demuestra que se siente más cómodo realizando este trabajo que haciendo copias del ecuestre. retratos